miércoles, 8 de abril de 2015

¿Será el tipo de vida que quiero llevar?

Al pensar en la especialidad de Cirugía, sea general o cual sea, no puedo evitar pensar en el modo de vida tan apresurado que llevan, trabajando casi todo el día hasta obsesionarse en algunos casos y vivir sólo para la profesión. Pensar en la futura familia hace dudar a los aspirantes a elegir esta especialidad, en especial a las mujeres. He aquí una nota sobre las mujeres, madres y a su vez, cirujanas, que me ha interesado.

Mujeres, madres y cirujanas

Elena Ortiz Oshiro, cirujana del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid.
Elena Ortiz Oshiro, cirujana del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid.
Actualizado lunes 06/10/2008 09:28 (CET)
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PATRICIA MATEY
MADRID.- Paloma Sanz tiene 36 años y es cirujana en el Hospital de Getafe (Madrid). Su perfil responde claramente al que defiende su colega Soledad Montón, del servicio de cirugía general en el Hospital Comarcal García Orcoyen de Estella (Navarra): se puede ser madre y trabajar a golpe de bisturí. Incluso puede que alguno de sus dos hijos decida algún día seguir sus mismos pasos. Javier, que nació el pasado 14 de abril, ya ha estado muchas veces en quirófano, dentro de la tripa de su madre.
"La verdad es que he seguido operando hasta el último momento, me encontraba bien y mi gestación no ha supuesto ningún impedimento a mi trabajo", confiesa la especialista española. Ahora, está en casa de baja maternal, cuidando de Javier y de su otra hija, de 18 meses. Reconoce que es duro, pero posible. "En mi profesión sabes a qué hora empiezas, pero no a la que terminas. Tal vez ésta sea una de las razones por la que muchas mujeres no se plantean la especialidad quirúrgica", aclara.

¿En sacrificio de la vida sentimental?

"La mayoría de las mujeres cirujanas es soltera o divorciada", comentan los miembros de la Unidad de Investigación Médica en Epidemiología Clínica, del Hospital de Especialidades de Guadalajara, en un artículo de opinión publicado recientemente en la 'Gaceta Médica de México'. Elena Martín Pérez es, por ejemplo, soltera. Esta especialista en intervenciones de la vía hepatobiliopancreática del Hospital de La Princesa, de Madrid, también es la vicepresidenta de la Asociación Española de Cirujanos y el único miembro femenino de dicha organización.
No para de reírse cuando reconoce que en su nevera "todos los yogures caducan, ni tengo tiempo de ir a la compra, ni de nada de nada". Sabe que "para ser bueno en un trabajo se requiere dedicación, esfuerzo y tiempo. Da igual ser hombre o mujer; para ser el mejor tienes que sacrificar muchas cosas. He dedicado toda mi vida a mi carrera, aunque a diferencia de los hombres, nosotras lo hemos tenido más difícil. Cuando yo empecé, ni pacientes ni médicos confiaban en que fuéramos aptas para la cirugía", determina.
La doctora Virginia Rodríguez, jefe de la Unidad de Investigación del Hospital Nacional de El Salvador reconoce también que "es difícil encontrar pareja cuando se está estudiando Medicina, debido a la falta de tiempo, una situación que empeora si te quieres especializar. Tengo una hija y estoy divorciada, pero me separé durante mi carrera. Yo siempre tuve claro que no quería ser sólo médico general, quería hacer el postgrado y, además, en el extranjero. Mi padre era cirujano y me gustaba leer sus libros de pequeña. Me llevé a mi hija a Francia donde logré el título de cirujana".
Pero las cosas están empezando a cambiar. Los números reflejan que cada vez más mujeres se 'aventuran' a ser cirujanas sin que en su decisión pese el 'sacrificio' de la vida sentimental. "Mientras que los socios 'senior' de la Asociación Española de Cirujanos son un 80% hombres y un 20% mujeres, las cifras de los 'junior', los residentes incorporados en los últimos años, han variado. Ahora es un 50% para cada sexo. Es más, en la última convocatoria MIR, de las 185 plazas ofertadas en el Hospital La Princesa para cirugía general y del aparato digestivo, 115 han sido elegidas por mujeres, lo que supone un 62%", aclara Elena Martín Pérez.
Basta con 'colarse' cualquier mañana en algún quirófano del centro hospitalario donde ella ejerce su profesión para comprobar que las mujeres ya empiezan a ser mayoría. El pasado 15 de Abril la doctora Martín intervenía a un varón de 44 años de un pseudoquiste pancreático, flanqueada por seis mujeres y dos hombres. Pese a que "la operación se complicó al principio, ya está todo bien encaminado", comenta la doctora mientras sigue interviniendo. A su lado izquierdo, una enfermera le proporciona el material quirúrgico. Enfrente, otra cirujana colabora en la intervención.
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